1° de noviembre, día de "todos los santos", día impulsado por el vaticano para honrar la ¿vida o la muerte? Por supuesto que se honra más la muerte. Personas sin esperanza, llantos descontrolados, miradas lejanas y recuerdos que duelen. Es tan contrario a lo que nos dice APOCALIPSIS 21:4 "...y ya no habrá muerte..." La vida que nos ofrece la victoria en Cristo es tan distinta y pareciera tan distante, pero él nos ofrece Cielo nuevo y Tierra nueva. Allá a lo lejos está la esperanza, se ve lejos, pero por fe es allí muy cerca, tan cerca que Dios puede venir por tu vida ahora mismo y ascender rápidamente al paraíso; para esperar la ida a la gloria de Dios.
Muerte es señal de pérdida y de fracaso, y esto es lo que nos han enseñado en el mundo secular, sin embargo cuando llegamos a Jesucristo nuestro mundo cambia ¡Gloria a Dios! y la muerte es señal de Victoria, de nueva vida, de transformación.
El 1° de noviembre debiera ser un acercamiento al cielo, un mover del reino espiritual, donde podamos mirar al Señor como dueño de todo lo pasajero que nos rodea, sí porque esto es pasar, somos peregrinos, estamos con las maletas en las manos...pronto nos vamos, de regreso al hogar, el Padre nos espera... "Y Dios mismo estará con ellos como su Dios"
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