jueves, 8 de enero de 2009

LA HERMANA JULIA LLEGO A LA ETERNIDAD.


Aionios es la palabra griega que significa ETERNO.



Nuestra mente no puede calcular el tiempo de eternidad porque estamos creados con mente finita, ahora el alma no tiene este problema, por eso ante la muerte existe en nuestro interior un dolor que provoca interrogación ¿Qué será de mi después de la muerte? ¿Existe lo eterno?




El apóstol Juan en su pequeño libro de 1º de Juan nos dice: "Dios nos ha dado la vida eterna" (5:11). Es el regalo que viene del cielo, pero que pocos lo quieren. Los regalos no se rechazan, pero cuando no se conocen entonces entra la fe, el creer sin ver. Jesús vino al mundo para manifestar la eternidad, él viene desde antes ¿Cuánto antes?, bueno desde antes que todo fuera el fue.


Qué débiles somos. Nos aferramos a nuestra vida mediocre sin Dios; nos gastamos el sueldo del mes en hipocresia que significa tener lo mismo y mejor que el vecino o hermano, engañamos a nuestro prójimo pensando que nadie lo vio, nos creemos mejores porque hemos alcanzado un standar de vida acá en la tierra, pero hemos perdido el camino correcto hacia el cielo, hacia lo eterno.


Algunos teólogos señalan que el verdadero significado de lo eterno, en el griego, es Vida en la era venidera, vida en el siglo de viene, fuere lo que fuere es eterno, una vida mejor o peor depende lo que escojas.


Partió a la presencia del Señor la hermana Julia Vivanco, se fue a lo eterno, a una vida eterna. Cuando una mujer es fiel, en todo el sentido de la palabra, deja huellas que no se borran. Estamos tristes porque ya no veremos, acá en la tierra, su rostro; ya no ocupará el lugar en su iglesia, en la Sociedad Femenina, pero el legado, el ejemplo no se pierden...cobran vida en las generaciones que se proyectan en la fe de Jesucristo.


En el aionios del cielo nos veremos...


El conocimiento de la vida eterna, está en nosotros ¿Cómo? Conociendo a Jesucristo. Si tienes a Jesucristo en tu corazón esa es la Vida eterna, la vida que viene en la otra era, cuando seamos llevados ante la presencia del Rey. Nosotros perseguimos esa vida, tenemos la garantía que puso Dios en nosotros su Espíritu Santo. Es la boleta que nos cobrarán en lo eterno; ¡Qué precioso! el que tenga al Espíritu Santo podrá ingresar a lo eterno. Caminemos en santidad, luchemos por lo que no se ve, tengamos la certeza que aquello es real. Nos veremos en la Eternidad.


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