No todos pudimos quedarnos al finalizar el Culto de visperas en Año nuevo, pero fue de bendición agradecer al Altísimo Dios por sus cuidados y misericordia.
Damos gracias a Dios por la Iglesia de Cristo, la cual el compró con su sangre:
Hechos 20:28 "Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre."
Cada siervo del Señor debe velar, estar atento por su propia vida, buscar la comunicación con el Padre, MIRAD POR VOSOTROS, y luego por los demás; pero si pasa la contrario y vamos a la batalla sin armas, seguro que saldremos heridos y derrotados. Siempre está latente el ejemplo del rey David, tenía todo para derrotar a sus enemigos, pero se quedó descansando en su palacio, y el ocio trajo como consecuencia el pecado; el cual mantuvo oculto por un año, para finalmente ser desenmascarado por el mismo Señor, através del profeta Natán. Vayamos a las plantas del Señor, el es fiel y justo para perdonarnos, hoy es el día, ahora es el momento preciso.
El rebaño no nos pertenece, el pastor es el Pastor de pastores, nuestro Señor; nosotros sólo lo apacentamos, lo cuidamos, lo alimentamos este trabajo nos lo dio el Espíritu Santo, no nuestra denominación u el Consejo pastoral, fue el Espíritu de verdad, que el mundo no conoce, porque si le conocieran estarían en la luz de Cristo y no serían enemigos de su cruz, porque en esa cruz bañada en sangre el cordero fue inmolado, abierto por nosotros, JESUCRISTO GANÓ SU IGLESIA, TÚ LE PERTENECES AL PASTOR JESUCRSITO, no fue con dinero, en una apuesta, ¡no! el la compró con su vida, con su propía vida.
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